¿Cómo logró la ciudad de Neuquén ser modelo en seguridad vial?

El objetivo era reducir en 50 % las muertes en las vías, no muchos lo han logrado: Neuquén incluso lo superó con un 76 %. ¿Cómo lo hizo?

Diez años después de que la ONU formulara y llamara al mundo para una Década de Acción para la Seguridad Vial, los datos son prácticamente los mismos y dramáticos: 1.3 millones de muertes anuales con 50 millones de accidentes.

“Los resultados indican que las tendencias actuales no permitirán que la región cumpla con la meta de los ODS de reducir a la mitad el número de muertes causadas por el tránsito para 2020”, dijo la Organización Panamericana de la Salud al presentar su informe del Estado de la Seguridad Vial 2019.

Adicionalmente y gracias al Ranking de Ciudades Fatales realizado por LA Network a finales de 2017, al menos en lo que respecta para nuestra región, los datos no son tan sólidos como debieran: existe un subregistro y hay falta de coordinación interinstitucional para gestión de la información. Así lo ha corroborado la Asociación Latinoamericana de Seguridad Vial.

La meta entonces fue la reducción en un 50 de ese número de muertes que a lo largo de la década mostró ser inalcanzable. Sin embargo, la ciudad argentina de Neuquén, la más poblada de la Patagonia y hoy con más de 300.000 habitantes ha sido reconocida como un caso de éxito, de buenas prácticas y que deja claro que sí se puede.

Con un trabajo de cerca de cuatro años el resultado es sorprendente, por decir lo menos: 76 % menos de muertes entre 2015 y 2017 y en la actualidad reducciones del 55 % (comparando el primer cuatrimestre 2018 – 2019).

“¿Cómo lo hicimos? Lo hicimos entregándolo todo, en el contexto latinoamericano y teniendo en cuenta nuestra idiosincrasia, tuvimos que hacer todo al extremo: cero tolerancia al alcohol, control total, integralidad de acciones”, explica A LA Network el neuquino, Javier Soto Mellado, en la actualidad Subsecretario de Planeación e Infraestructura de la Secretaría de Movilidad de la ciudad y quien lideró esta transformación gracias a su trabajo como Focal Point de la ONU e investigador del Instituto de las Naciones Unidas para Formación Profesional e Investigaciones – Unitar (su sigla en inglés).

Luego de trabajar por años fuera de su ciudad, Soto Mellado sintió el compromiso moral de regresar a ella a aplicar sus conocimientos y salvar vidas. Tan solo en 2015 la Dirección de Tránsito de la Policía reportó 107 víctimas.

Una trasformación total

“Tenía que intentar construir un caso de éxito en nuestro contexto, al menos intentarlo”, relata Soto Mellado sobre el inicio del plan del que detalló, se basó en la aplicación de las herramientas internacionales de seguridad vial.

La base fue el Sistema de Enfoque de Movilidad Segura que contiene 12 elementos: Establecer un Plan de Seguridad Vial, Acceso a herramientas legales de la ONU, Construir infraestructura segura, Mejoramiento de las existentes con estándares, Aplicar altos estándares de calidad a vehículos nuevos y usados, Reducir la velocidad, Incrementar el correcto uso de cascos para motos, Incrementar el uso correcto de Sistemas de Sujeción, Reducir lesiones y muertes por conducción con drogas o alcohol, Restringir o prohibir el uso de dispositivos móviles en la conducción, Regular los periodos de conducción y descanso de los conductores profesionales y Reducción del tiempo de respuesta de atención médica en incidentes.

Con esa plataforma adecuada al contexto y las características locales, el siguiente paso fue crear un Plan de Movilidad, luego un Observatorio de Seguridad Vial, un convenio con la Policía Provincial para el control y la definición de cuatro puntos específicos a trabajar “con toda” como reitera Soto Mellado.

Tolerancia Cero: en conducción con alcohol, velocidad, en uso de sistemas de sujeción con énfasis en niños y cascos y condiciones de las motos.

“Por nuestra cultura, si prohibíamos el alcohol tenía que ser cero total. No somos alemanes: si acá decimos 0.2 somos muy permisivos y se vuelve 0.3 o 0.4; por lo tanto, debíamos ser radicales”, recalca el abogado.

En este aspecto, reveló que, al inicio del plan, solo existían en su ciudad dos alcoholímetros: uno descalabrado y otro roto. Pronto pasaron a 16 con apoyo de la Agencia Nacional de Seguridad Vial y una cifra admirable: 20 000 pruebas anuales.

Respecto a la velocidad, la decisión, no exenta de debate y reclamos de sectores sociales y políticos, fue una ciudad con máximo 40 kilómetros, sin excepciones y que según Soto Mellado es la más baja de las ciudades latinoamericanas, estrategia que fue complementada con control con radares.

Como complemento se establecieron “zonas 30” escolares y desde la infraestructura, decisiones permanentes de tráfico calmado para proteger a niños, ancianos, ciclistas y el nuevo modo: las patinetas.

En lo relacionado con las motocicletas, la exigencia de cascos adecuados, sumado a control de velocidades y la decisión normativa de que motocicleta que tras seis meses de evaluación no se ponga en condiciones óptimas de operación, será chatarrizada, fueron los puntos claros de control.

En materia de sistemas de sujeción, esto se aplica al máximo a través del control, del que precisamente, Soto Mellado indicó que es una de las claves. Explica que en Latinoamérica se creó una tendencia negativa a que los agentes de tránsito fueran de carácter civil, lo que les resta autoridad frente a las conductas peligrosas de los conductores.

En su criterio, el control debe estar en manos de agentes policiales -como ellos lo hicieron- y si hay agentes civiles, que se dediquen a la regularización de la movilidad.

Sin embargo, la reducción del 76 % que hoy hace de Neuquén un ejemplo, requirió de otras acciones de integralidad: sistema de buses BRT (Metrobús) inaugurado en agosto con una extensión de seis kilómetros y 23 estaciones –hay que decir que con algunas críticas por accesibilidad y con incidentes en los primeros días de operación- y el impulso de Sistema de Bicicletas Públicas con tres estaciones iniciales y cerca de 20 bicicletas.

El siguiente paso para Neuquén, según Soto Mellado, será la expansión del plan a la conurbación con los otros dos municipios de Plottier y Cipolletti con cerca de 500 mil habitantes y de esta manera reducir los siniestros, sus consecuencias fatales y seguir siendo un buen ejemplo de lo que se puede hacer cuando según el experto “hay voluntad política, se generan las políticas adecuadas a cada contexto y con ello los recursos necesarios, y se aplican al máximo las herramientas mundiales de seguridad vial”.

 

Fuente: https://la.network/

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