En arquitectura de paisaje, enfoque social y ambiental
La formación interdisciplinar de la licenciatura en Arquitectura de Paisaje de la Facultad de Arquitectura (FA) alienta la sensibilidad hacia lo social y lo ambiental, destacó Marco Mazari Hiriart, director de la entidad académica, en la apertura de la Semana de Arquitectura de Paisaje edición 2019, desarrollada bajo el lema “Buenas razones, buenos proyectos“.
En el Aula Enrique del Moral, el directivo complementó que uno de los elementos esenciales de la arquitectura de paisaje es la tecnología. No obstante se deben atender elementos del contexto ambiental. “¿Qué pasa con el agua, con las características climáticas, con las temperaturas, por ejemplo, y, particularmente, qué pasa con la sociedad?”
Acompañado por Luis de la Torre Zatarain y de Juan Carlos Hernández White, secretarios académico y general de la FA, respectivamente, Mazari Hiriart señaló que 70 por ciento de la sociedad mexicana vive en espacios urbanizados; no obstante, “no todos tienen la misma calidad de urbanización”.
Gran parte de la sociedad, dijo, reside en sitios donde lo que queda abierto es un baldío que alguien destinó a espacio público; el resto ha sido ocupado mediante la autoconstrucción de vivienda y del urbanismo llamado instantáneo. De modo que hay mucho trabajo para los arquitectos paisajistas, pero lo que necesitamos es que los que están en ciernes se desempeñen extraordinariamente.
Por último, comentó que uno de los propósitos de la Semana de Arquitectura de Paisaje edición 2019 fue establecer el diálogo permanente con quienes tienen un ejercicio profesional destacado fuera de la Universidad, acercamiento que “permite hablar de aquélla como una disciplina fundamental para el desarrollo del país”.
Diseño comunitario
Desiree Martínez Uriarte, presidenta de la Federación Internacional de Arquitectos Paisajistas por dos periodos, fue la ponente de la conferencia inaugural, denominada Del Diseño Puntual al Comunitario.
“Tenemos que apreciar lo que cuenta el paisaje de la sociedad. Uno intacto revela una comunidad respetuosa; uno cultural transformado y ordenado, que la gente se preocupa, como lo hace de su persona, casa, calle, ciudad y país. Si salimos a la autopista Chalco-Puebla, ahí se ve la crisis de nuestra nación: en el deterioro y embasuramiento”, aseveró.
Para tratar de difundir esa situación, la egresada de la Universidad de Múnich, Alemania, prepara la Guía de Áreas Verdes de la Ciudad de México, con el objetivo de hacer consciencia de que aquéllas constituyen un patrimonio urbano que se debe cuidar, documentar, así como dar a conocer.
Entre las “Buenas razones, buenos proyectos” que ha tratado Martínez Uriarte (Río Magdalena, Paseo Central San Juan del Río, Querétaro, entre otros), gran esperanza ha puesto a Árbol por Concreto, comentó: “Lo último y lo más chiquito que he hecho”.
Se trata de intervenir los patios escolares de México, los que calificó de desastrosos por la enorme cantidad de cemento con que han sido construidos.
La idea es muy sencilla: “Se trata de demoler un metro cuadrado de concreto en el patio de las escuelas para plantar un árbol frutal en la mayor cantidad de planteles posible. Para lograrlo, es necesario generar una comunicación virtual entre los colegios y los arquitectos paisajistas organizados para informar el número de árboles plantados. Lo anterior significa cuánto oxigeno se está produciendo, cuánto carbono se está capturando, cuánta agua se está captando más; es un poco una acción en contra de la pavimentación, en contra del cambio climático y de la isla de calor urbano”.
Finalmente, calculó que con este proyecto “pudieran cosecharse en cada escuela hasta 10 kilos de fruta y medio metro cuadrado de agua pluvial; también litros de oxígeno, más de 7.5 kg de captura de carbono anual y, evidentemente, el mejoramiento de la temperatura local y el impacto por multiplicación que es importante”.
Fuente: http://www.gaceta.unam.mx
No Comments